jueves, 20 de mayo de 2010

"Café con pan"

“Café con pan”
Por Arturo Cabrera Rivera


Esta noche no es adornada por las estrellas, en cambio, es fría creando un ambiente de miedo. En casa al parecer se lleva a cabo una celebración en verdad especial, los hombres visten con trajes y las mujeres vestidos largos; Madre me vistió para la ocasión con un hermoso vestido blanco, cortó mis uñas y limpió mi cara con gran devoción. Pero me da la impresión que la fiesta no es muy divertida, todos se mantienen sentados y aparentan una profunda tristeza.

He permanecido sentada junto a la abuela Sara, sus pláticas sobre lo que Madre hacía de niña siempre son muy divertidas; pero esta noche nadie ríe. La abuela ha permanecido callada y en sus arrugadas mejillas han corrido varias lágrimas, ella siempre sonríe y a pesar de usar bastón siempre corre tras de mí para apretarme las mejillas, pero hoy todo es diferente. Realmente todo es confuso para mí. Madre y Padre son abrazados pero no es su cumpleaños. Además de comer sólo hay café con pan, no es lo mejor para una celebración tan elegante. Madre se ha caracterizado por hacer fiestas con comidas muy elaboradas pero hoy nada parece ser igual a las celebraciones anteriores en casa.

¡Ya no hay pan en las cestas! Padre, que siempre parece estar enojado, aunque es muy bajito y delgado, su mirada es profunda y siempre termina por imponer su autoridad; seguramente pedirá a Madre que salga en medio de la noche por el pan, pero esta noche al parecer se encuentra muy abatido y no le ha insinuado ningún mandato. Madre, quien en cambio a Padre su mirada transmite una ternura que enamora a quien le lance su mirar, se ha ofrecido para ir a la panadería. Me preocupa que Madre salga a las penumbras de la noche, más en una que al parecer es muy extraña y tenebrosa. Así que pedí a abuela Sara que acompañáramos a Madre pero en verdad está tan triste que ni siquiera contesta a mi petición, aun así tomo aire y corro tras Madre.

El pueblo de Tequila es muy pequeño, tranquilo y su gente es muy amable, pero aun así nunca faltará quien pueda atacar a Madre, que es tan dulce que no podría defenderse principalmente de los ebrios de la cantina que está de camino a la panadería. Don Martin “el panadero” es muy atento y bondadoso, cuando mis amigas y yo no tenemos dinero para poder comprar un pan, él nos regala lo que sea de nuestro antojo; es un buen amigo de Padre y Madre en varias ocasiones acude a casa, también es muy divertido ya que con sus chistes y sus facciones que son muy cómicas hace que todos pasemos un momento muy ameno.

Madre ha llegado a la panadería sin ningún problema, esperaré afuera para que Madre no me regañe por salir detrás de ella, sin embargo, las preguntas sobre la celebración que acontece en casa invaden mi cabeza, mis respuestas me provocan mayores dudas; no puede ser una fiesta de cumpleaños, ni siquiera hay música y pastel, además en ese tipo de celebraciones abundan las sonrisas no las caras tristes; quizás sea un festejo por un logro de Padre, él labora en la construcción de casas, además llevaba tiempo hablando de un ascenso y los festejos de los adultos siempre son muy callados, Padre nunca me había permitido estar en los festejos donde sólo hubiese adultos, pero desde mi habitación percibía que no eran muy divertidos. Madre me decía que cuando creciera podría estar en ellos, ya cuando cumpliera quince años, tengo ocho así que no falta mucho, aunque no me entusiasma mucho ser partícipe de esas fiestas tan aburridas.
Siempre he sido muy inquieta, aprovecho mi baja estatura para escabullirme por toda la casa para vivir mis aventuras, además de que me encanta trepar por los árboles, cosa que está estrictamente prohibida por Padre; el día de ayer sufrí una caída de uno de ellos, por eso me sorprende tanto que Padre me permitiera estar en el festejo, normalmente me hubiese castigado, pero Padre parece que no se ha enojado por mi travesura.

Madre ya ha tardado bastante tiempo en la panadería, quizás se ha quedado platicando con Don Martin, pero eso no quita que sea preocupante que tarde tanto ahí dentro, creo que la mejor opción que tengo es dar un vistazo para saber que pasa. Camino lento y con gran cautela, para no ser sorprendida por Madre, un gran silencio predomina por toda la calle, las luces en la panadería están apagadas y no hay señales de Madre ni siquiera de Don Martin; un mal presentimiento se apodera de mí, tal vez han sido atacados y llevados a otro lugar, así que no hay otra opción que entrar e investigar. La integridad de Madre está en riesgo.
Con una gran precaución me escabullo dentro de la panadería, todo está muy oscuro y existe el riesgo de tropezar con una repisa donde se coloca el pan, así que el cuidado es máximo, de pronto observo una luz al fondo de un gran pasillo, el cual conduce a donde Don Martin prepara el pan, el miedo se apodera de mí al pensar que Madre está en riesgo, el silencio me hace pensar en lo peor; es por ello que he decidido recorrer el pasillo, sin embargo, cada paso es también una preocupación más por el bienestar de Madre. Unos murmullos y también unos sonidos realmente extraños comienzan a romper el silencio que predomina en esta noche; una desesperación se apodera de mí por observar que ocurre.

Me escondo atrás de unos costales de harina, para tener una mejor vista de lo que ocurre además si eran rehenes de algún ladrón, podría salir en busca de ayuda; pero señal de alguna tortura no había. No puedo observar nada donde estoy, me acerco un poco más, ante mis inocentes ojos se presenta algo terrible, Madre está desnuda en brazos de Don Martin, entre besos y caricias su mirada ya no transmite ternura; un atormentado grito se me escapa esperando que se detuviera aquel acto tan impuro, esa traición a Padre, al parecer su pasión no les permitió escuchar mi grito, un impulso me hace pararme enfrente de sus cuerpos desnudos pero su pasión no parase disminuir. El coraje ha cegado mi razonamiento, veo un cuchillo que se encuentra en una de las mesas, me acerco a los traidores de Padre, y comienzo por apuñalar a Madre el frenético impulso por detener aquella traición es insaciable, los gritos de Madre hacen correr a Don Martin de terror. Madre no podrá llevar el pan a la fiesta y yo he ensuciado mi vestido nuevo de sangre, quizás Padre se moleste mucho, pero su agradecimiento por mi acto heroico quizás reduzca el castigo por ensuciar mi vestido.

Camino a casa con el pan, seguramente Padre estará preocupado por Madre y por mí, sé que lo mejor es llegar pronto y explicar lo sucedido con Madre; al llegar al festejo Padre parece estar llorando quizás Don Martin corrió a casa y le contó lo que pasó en la panadería, pero es propicio que escuche mi versión de la historia, así que me acerco a Padre para contarle sobre la traición de Madre, al parecer sí está muy triste, al igual que la abuela Sara, no me presta atención. Me invade la curiosidad por saber por qué recibe tanta atención un cajón de madera colocado en medio de todos los invitados; sin darme cuenta estoy cerca del cajón de madera que parecía ser el centro de atención del festejo, no puedo controlar la curiosidad por ver que contiene el popular cajón de madera. Sé que padre siempre me había dicho que ser curiosa no es de buen gusto, pero no me puedo controlar y me asomo al interior del cajón, lo que contiene es mi cuerpo inerte, tal pareciera que todo el tiempo fui el centro de atención del festejo, pero creo Padre estará tan molesto por lo de mi vestido, así que mejor me coloco dentro del cajón, a donde Padre se acerca y con lágrimas en los ojos, pronuncia palabras realmente conmovedoras, sólo lo miro a los ojos y le pronuncio las palabras más sutiles que a mi corta edad puedo formular:

-Padre “te amo” y te he librado de la ternura fingida de madre.
Padre cierra la caja, la oscuridad me hace cerrar los ojos y descansar eternamente.


1 comentario:

  1. Terrorífico... equilibras muy bien los elementos espaciales (territorio y su descripción) y temporales (cualidad del espíritu por estar en una dimensión diferente a nuestro tiempo) que logras darle un efecto poético a la descripción de los fenómenos, y a la vez, un tinte realista...
    Dejas entrever que la muerte trae consigo un estado de conciencia en que la moral aún permanece y hace justicia... ¿Has pensado en esto?

    sigue cultivando la narrativa
    AMOR FATI!

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