viernes, 24 de septiembre de 2010

Subasta a martillazos

Son cuatro iracundos “artículos” lo que ofrece esta subasta:

-Mis anhelos (no sé el motivo de por qué lo escribo en plural)

- Mi muerte

-Mi lengua

-Mi fe

De mis anhelos no me ofrezcan más de dos bofetadas, dispuesto estoy a donarlos pero no hay institución que los reciba; son sables sin filo, no son estupendos y son los rasguños de los versos. Quizás un bohemio los adquiera, son precisos para un loco y un individuo dormido. Ya ofrezcan amigos.

Parecía que no había interés, al fondo la hormiga levanta la mano y ofrece una bofetada, en fin ella ya tiene carga y entiendo que mis anhelos son sólo cargas de hormigas, al agua le temen, pues el agua limpia y sin necesidad de jabón.

A mi muerte la fatalidad la compró, sin descripción, sin precio; y es escaza de valor pues acaso en la putrefacción de lo que soy, mi cuerpo inerte valga algo. Son melosos ideales los que piden que a la fatalidad se le regale mi muerte, sin bofetadas, sin reencarnaciones; sólo mi peste, sólo el aroma de los cabellos rojos y los labios de una ramera.

Mi lengua, a esa la regalo, no la merece ni siquiera el enemigo del hombre, quizás un moralista la necesite para demostrar lo privilegiado que es, pues tiene dos lenguas. No necesito hablar del “pecado”, a mí que corten la lengua, te invito a que la cortes y quizás podamos platicar.

Mi fe ha muerto, pues que no es más fácil morir cuando no se tiene fe de lo que ni fue ni será. Es mejor bailar en un carnaval, sin lengua, sin muerte, sin anhelos. Pero es que yo no estoy ni para mí.

La venganza de mis palabras espera lentamente y sin preocupación, para aniquilarte, sin piedad, sin un poco de bondad. Soy noble. Soy nihilista. Soy un enemigo de mí. Soy tu enemigo. Soy y no soy. Soy sin lógica. Soy sin ti. Soy y acaso no soy. Pero lo único que no soy es mi yo. Y no sé por qué lo escribí y ni por qué lo lees tú.

Soy mi fe.

Soy mi moral.

Soy mi ideal.

Soy mi fracaso.

Soy mi amor.

Soy mi muerte.

Ahí no soy.

Principio de toda autonomía:

Soy en tanto que soy sin necesidad del soy impuesto y soy sin duda lo que creo que no soy, pues ahí soy con la necesidad de “SER”.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Del amor al deseo

I

De nuevo me pregunto y no me puedo responder, y es entonces que entiendo que mis dudas sean quizás simples, aún no lo sé. Pero comprendo sólo tres formas de llamar al amor: deseo, caricia y olvido. Ya saldado el precio de la falsa afición, volverá la gracia de la fraternidad. No es una promesa quizás sólo un profundo deseo.

II

Dos formas de conocer al amor: conocerle sin conocerle y conocerle sin querer conocerle.

III

Ya cansados de tener sexo se acerca el tiempo de masturbar a la pasión. Suficientes caricias y besos; sentencio al hermano de la moral a morir en beneficio del individuo.

IV

De los cielos bajan los favores morales y de la vista los bienes del amor, ahora me pregunto: ¿de las manos los anhelos de la redención?

V

Es nihilista aquel que come de la mano extendida por la fatalidad, es mayor su iracunda necesidad de paz que no comprende las falacias de los sueños morales. Son premoniciones filosóficas: la muerte de la revolución y el renacer de la autonomía que descansa en las cenizas del ser; pero les recuerdo que no soy los ojos del ser, sólo el asesino de los blasfemos del amor, y sentencio que ni palabras y mucho menos el corazón entiende lo profundo y lejano del amor fati.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

“Son sólo pensamientos de filósofo”

Sentado frente a una torrencial muestra de velocidad, mirando al horizonte, casi a punto de sollozar por el frio que carcome a mis venas, la miro y suelto blasfemias, ya no corrí sólo use lo imperfecto del lenguaje. Ya no está cansado el pensador, ya sólo está el camino que no recorren los perdidos, mismo nombre, mismo sexo… son puntos iguales, son bellezas que no miran al pensador… son caminares diferentes, son sonrisas peculiares, son diferentes sus cabelleras. Me pregunto dos cosas: ¿fatalidad o suerte? ¿Amor o lujuria? Ya a punto de llorar respondo, son sólo disturbios de mis sentidos, nada es objetivo, sólo lo plano es curvo y lo curvo no puede llegar a ser plano. Son confusas mis palabras, son conceptos rotos e incompletos… ya describiré sus nombres con cinco letras llenas de calientes sueños, repetidas y cada una guarda un anhelo, sin embargo, ya casi a punto de llorar, son sólo tres formas de distinción:

1- Su carrera

2- Su sonrisa

3- Su estado sentimental.


Amigo Michell, filosofemos, casi no miremos a los filósofos, ya son milenios de mentiras, sólo identifiquemos el error de la verdad, son sus nombres y sus engaños, Amor Fati, compañero… son puntos muertos la libertad y la soledad… son nombres cortos y asesinos…Amigo son sólo lindas féminas, con curvas hermosas, son sólo hembras llenas de deseos… Amigo somos filósofos y casi a punto de sollozar vamos a filosofar.

Es pequeña nuestra filosofía y sus moldeados labios, los dioses nos dicen que la besemos, ya no queda más compañero, ya besemos su deseo… estamos lejos de la verdad… somos filósofos y estamos tan lejos de comprender que es lo que las hace tan deseables… amigo Michell somos pensadores que saben de poesía y lo que saben sólo son sentires incomprensibles por los ojos simples de seres que son iguales que plantas…sus sentimientos son predominantes de sus oídos sordos que son ciegos…son confusas mis ideas, pero, llevan tatuado un sólo nombre…es que no importa el concepto es ella el concepto… filosofemos y sólo quedémonos en silencio, que lo bello de la filosofía se pierde cuando lo imperfecto del lenguaje recoge lo hermoso del pensamiento…

Son sólo mis ideas recogidas de mis sentimientos… Filósofo MIchell aconséjame sólo mírame a los ojos y dame un consejo de lo más profundo de tu ser; amigo, compañero, pensador, poeta Michell son palabras que sólo tu comprendes… aullemos a la luna para que nos entienda cuando salga la luz del sol que ilumine lo que sus ojos no ven…son sus pelos rojos y son lo ancho de sus caderas…todo eso nos seduce y es filosofía… sólo quedemos en pausa y veamos lo ridículo de la vida…