Perdidamente enamorado de mi rodilla izquierda, le dedico este intento de poema.
Balanceándome en torpes pasos
y enervándome con anestésicos baratos,
voy tratando de soñar;
en cuatro esquinas corro sin cesar.
Anhelo pelear con el dolor,
pero caigo en el primer raund;
con mis revolcadas de dolor
el halo victorioso escolta a mi articulación.
La miro con deseos de odiarla
pero mis chillidos calman las ganas.
Esfumo el afán de combatir
y me entrego a las tersas manos de la medicina.
Inhalo el aroma de la gloria,
como espécimen privilegiado
me pierdo en los campos
andando en tres “patas”.
Tendones, meniscos y ligamentos
todos a un coro sonríen por mi suplicio.
Parece dedica más a un "dolor rodillezco".
ResponderEliminarPero no objetaré nada a un hombre enamorado ;D
Saludos !
Waaaah, de las cosas más originales que me he encontrado el día de hoy :)
ResponderEliminarEspero realmente que te encuentres mucho mejor, y que esa rodilla izquierda te corresponda de nuevo :)
Aparte, una disculpa por mi repentina desaparición, aún hay muchas cosas que decir jeje; pero bueno, al menos ya vuelvo a ser lectora asidua... o me volveré más y mejor una lectora asidua a tu blog. n.n
Saluditos.