martes, 22 de junio de 2010

A quién corresponda

A quién corresponda:

Hoy me sentía triste, las ganas de conocer el infierno me han llenado la sangre de valor para tomar un pequeño cuchillo y destrozar mis venas; no puedo decir que mi vida fue lo bastante valiosa para que alguien llore mi partida, sin embargo, doy mis condolencias a mis padres que seguramente no entenderán mi valentía ante la muerte. Pido perdón por los costos que seguramente acarraría mi deceso, no obstante, me he encargado de eso también debajo de aquel mueble sucio que mamá siempre quería limpiar, pero yo me negaba con bastante coraje he dejado bastante dinero para que me den un entierro decente. Además pido que al costado de mi féretro coloquen abundantes rosas, que adornen mi muerte; en las cuatro esquinas del mismo coloquen velas con un aroma a canela ese olor me ha acompañado durante mi muerte y me relaja, pido que al café con que acompañen el desvelo de mi despedida no le coloquen azúcar no es dulce mi partida, ¿Por qué tendría que ser dulce su café?

Las siguientes líneas las deseo dedicar a la causa de mi muerte, adoraba sus ojos y me embrutecía sus labios, caminaba de su mano y sufría con sus lágrimas, eso no basto pidió que encontrara una belleza lejana a cualquier mortal, supe que era imposible que comprendiera que el amor no es terrenal, supongo que ella fue feliz con mis locuras y mis desvelos, quizás ella reía a mis espaldas por mis detalles, lo más seguro es que ni siquiera conservo un momento mi recuerdo, sospecho que mi pasión es basura por eso merecía morir, pero mentiría si vivo como su “amigo” y converso con ella toda una madrugada, diciendo que mi mente piensa en delgadas ilusiones, sospecho que ella lo entendía y que ella coloco en aquel cajón el detonante de mi muerte. Soportar verle sonreír por frases ajenas a mi voz eso no es vida. Ella es mía, no quiero compartir su mirar con otros indecorosos deseos, por eso mi última petición es que su cadáver sea despedido con el mío; si no han encontrado su hermoso cuerpo, lo he dejado en su cama, como un bella doncella que duerme; pero ella ha de soñar junto a mi, su alma está con la mía, no hay otra explicación el pesar de mi cuerpo interrumpía el amor a mi alma, por eso he quitado un peso a nuestro amor, su cuerpo era perfecto, pero su mente se había ensuciado, su alma aun está limpia.

Caminamos de la mano y cambio mi cuerpo por un féretro, que tristeza que nuestros amigos no irán a nuestra boda.

Atte.

Arturo Cabrera Rivera
1991-2010

2 comentarios:

  1. Escalofriante... el evento de la muerte no necesariamente implica el cese material, concuerdo contigo en que el Ideal al deshacerse o pulverizarse en otras intenciones o caminos implica un asesinato, un suicidio, el deceso de lo viejo e incluso, muchas veces, el inicio de otra vida...
    Esta entrada afirma la nota que te puse en recreArte introspectivo: ahora el embrión de tu destino va germinando en pos de tus anhelos...
    saludos...
    P.D sé que el escribir en computadora trae consigo algunos vicios; échale un vistazo a las ","...

    ResponderEliminar
  2. O.O
    Exacto. Es escalofriante. La frase que más me gustó fue la de ¿Por qué habría de ser dulce su café? Un sujeto tan egocentrista xD pero puff, muy buen texto :)

    Detalles de acentos y comas, nada realmente grave. Saluditos :)

    ResponderEliminar